Buitrago 2006
Colaboradores: María Vázquez, estudiante de arquitectura
Superficie: 255 Has
Cliente: Finca Velayo
La Región Madrileña ha sido artificializada desde hace siglos predominando los usos del sector primario. Paulatinamente, y especialmente en el siglo XX, los usos se van terciarizando y es inútil tratar de contenerlo. La actitud sensata es encauzar esta transformación mediante la planificación territorial y urbana. La ausencia de dicha planificación en muchos casos es lo que ha llevado, desde nuestro punto de vista, a relacionar artificializar con urbanizar, y esta última con destrozar el paisaje perdiendo sus cualidades “naturales”.
Si nos ajustamos a las características de la ubicación con respecto al núcleo de Buitrago nos está indicando que el crecimiento lineal que ya marcó la carretera nacional a Irún desde el pasado, tiene mucho sentido topográfica y paisajísticamente, pero ahora sin que la propia carretera sea el soporte de más actividad que el acceso restringido. El meandro que envuelve el casco histórico de Buitrago, la desembocadura del arroyo Cárcavas y la Cañada, son un freno para un desarrollo compacto del núcleo pero no deben serlo para actividades medioambientales, culturales, deportivas y turísticas. Por el contrario es una matización necesaria si luchamos por la diversidad y es también una posibilidad de generar desarrollo económico. Esta alegación pretende convencer en este campo.
El tipo de urbanización que impulsaría esta actividad sería una que tendría una densidad bajísima (tres viviendas por hectárea) en parcelas grandes (mil metros cuadrados) con un hotel de agroturismo y unos servicios comerciales de primera necesidad. El tipo de urbanización sería blando, es decir, caminos de acceso de tierra estabilizada y drenada, reciclaje de aguas residuales con canalización separativa de pluviales, grises y fecales, sistema centralizado de calefacción y agua caliente sanitaria, climatización pasiva, caldera con combustible de biomasa, placas fotovoltaicas de producción de electricidad, aerogeneradores, etc. También se impondría un mantenimiento absoluto de las preexistencias naturales como la morfología del terreno y la vegetación de porte. Se restaurarían los elementos construidos agrarios: edificaciones, tapiales de piedra y cercados. El agua reciclada con el nivel de depuración apropiado serviría para regar el campo de golf. El agua de lluvia se almacenaría en aljibes sirviendo para varios usos (riego, climatización con paso forzado de aire, etc.).